Por: Aurora Moheno | Mazartlán
Luis Alberto, un músico crítico del sistema en el que vivimos, nos habla un poco de su recorrido como artista y de cómo se ha ‘aprovechado’ del arte para disfrutar de vivir.
Luis Alberto, para el Noroeste
Fotografía por Daniel Santana
Luis Alberto Corrales Salazar es un cellista graduado del Centro Municipal de Artes, un integrante de la Orquesta del Teatro Ángela Peralta, antes conocida como Camerata Mazatlán y un maestro de música, que ama lo que hace, pero que definitivamente no se limita a sí mismo. En una conversación con Luis, nos permite conocerlo mejor.
Cuando la música tocó a su puerta
De niño no tuvo un acercamiento profundo al arte, en realidad, viniendo de una familia de bajos recursos, sólo podía experimentar lo que estaba a su alcance. Además, habiendo nacido en Culiacán, en donde el movimiento artístico no es tan prominente como en el puerto, fue un recorrido inicial muy complicado para él.
Terminó su educación básica casi a regañadientes, siendo que no disfrutaba del sistema educativo y lo que este implanta. “Yo nunca fui fanático de la escuela”, dice el cellista en su entrevista para Mazartlán, “pero siempre terminé todo y en el mundo del arte, a pesar de que sí es [sistemático], se escapa un poquito más que la educación tradicional”.
Con un acercamiento al arte un poco tardío, Luis comenzó su trayectoria después de empaparse de cultura aprovechando la cercanía del Teatro Ángela Peralta mientras cursaba la preparatoria. “A mí se me hacía chido ‘ser culto’ sólo yendo a ver la orquesta, solamente disfrutar sin hacer nada... y me gustó abusar de eso”, comenta divertido.
De ahí surgió su interés por la música y fue cuando iniciaron sus esfuerzos, junto con su familia, para comprar su primer instrumento y aprender de ese arte. Sin embargo, no salió del ‘sistema’ en el que pensaba que tenía que estar sumergido. El músico dice que en su generación "apenas se estaba desprendiendo el rollo de que el joven hace lo que el papá quiere, y como me tocó esa etapa de transición, yo estaba en los dos mundos.”
Mientras tomaba sus clases de música, Corrales estudiaba sociología en la universidad. “Pero yo cuando los ponía en una balanza, pues nada que ver sociología, siempre se quedaba por abajo”, comenta el artista, agregando que “el camino del arte fue ocupando un poco más de espacio, y me fui por ese lado”.
El violoncello lo eligió a él
En sus primeros acercamientos a la música de orquesta en Mazatlán, Luis dice que simplemente se identificó con las cuerdas y los sonidos graves en la música. Declara que “estando siempre en el sistema [social], para mí todo lo sistemático es una forma de ruido estridente, entonces yo busco la calma, y la nota baja siempre fue mi ayuda personal”.
Para él, esa fue otra forma de aprovecharse del arte, porque su profesión se convirtió en lo mismo que lo ayuda a relajarse, por lo que dice que el instrumento cumplió con todos los requisitos que tenía y que no encontró en la educación tradicional.
Fotografía obtenida de las redes sociales de Luis Corrales
Lo que significa el arte en su vida
Luis cree que el arte lo eligió a él, llevándolo a donde se encuentra el día de hoy, y el cellista simplemente se dejó llevar por él. “Me considero un soldado del arte, porque me ha buscado y me ha ayudado a resolver partes difíciles de mi vida.”, dice, al mismo tiempo que confiesa haberse aprovechado del mundo de las artes y de lo que le ha brindado.
El músico tiene la facilidad de aprender y ejercer en la ciudad, por lo que ve lo que hace como estar jugando, y como un constante un respiro de aire fresco. “Siempre estoy disfrutando de la música de alguna u otra forma, no solamente cuando estoy tocando, estoy disfrutando de todas las cosas que me ha dado”, comenta convencido, “me he divertido mucho... me ha mantenido joven, saludable, cuerdo”.
Mazatlán es una ciudad cuya realidad es el festejo en su máximo esplendor, y aunque el cellista dice que ha trabajado en otros lados de la República, los años le han enseñado que solamente en el puerto se retribuyen sus esfuerzos por más del doble. “La cosmovisión del puerto es cultural, no por nada es el puerto cultural más importante de México”, declara, “y nosotros [los artistas] somos los militantes de la educación y la consciencia artística”.
De la misma forma, alienta a todos diciendo que cada que uno da un paso hacia el arte, este también da un paso hacia ti, y que “el arte ilumina, distrae, ilustra”. Sin embargo, él sabe mejor que nadie que es complicado cuando simplemente no se realizan esfuerzos para apoyar el arte, porque simplemente “la cultura no llega a donde tiene que llegar”. Aun así, es un proceso que requiere de mucha disciplina, por lo que él también conoce que hay que tomar su experiencia personal como a un grano de arena.
Fotografía obtenida de las redes sociales de Luis Corrales
Fuera del arte
Como gran crítico del sistema que es, Luis hace otra confesión, diciendo que se arrepiente de haberse demandado tanto a sí mismo durante algunos años de su carrera artística, haciendo que otros aspectos de su vida quedaran rezagados. Por lo tanto, aborda la importancia del descanso y de ampliar el panorama a otras cosas.
“Uno nunca termina de aprender, la vida no es sólo música, así yo lo que pienso es que hay que ser multidisciplinario”, dice. Durante el confinamiento por la crisis actual, ha podido tomar su propio consejo, así que aprovecha su tiempo libre para aprender a tocar guitarra, cantar y componer, además de otras actividades que no tienen que ver con la música, como estudiar finanzas, política e incluso artes marciales.
Esto no sólo lo ayuda a mantenerse activo en cosas nuevas y estimulantes, pero considera que es importante para no depender de una industria que en México no es muy bien apoyada por la sociedad ni las autoridades. “Habiendo recorrido el camino y pasado por todos los problemas”, dice el artista, “yo recomiendo que la música sea complementaria, más no secundaria. Tampoco se tiene que reemplazar”.
Fotografía obtenida de las redes sociales de Luis Corrales
Con el tiempo, este amante de la vida ha aprendido a aprovechar de las cosas y de su arte para alcanzar todo lo que ha logrado, y se encuentra en un punto satisfactorio de su vida artística y, sobre todo, personal. Seguramente ya has visto los videos virales del cellista del puerto, pero aun así te dejamos algunos para que los disfrutes.
Otros de sus videos:
El primer video del cellista que se hizo viral en sus redes sociales: Fiesta pagana - Mago de Oz (cover en violoncello)
Un espectáculo más clásico: Preludio - Joan Sebastian Bach
Si prefieres un clásico del cine actual: He's a pirate (Pirates of the Caribbean)
Un himno a la ciudad que lo hizo crecer con su arte: El corrido de Mazatlán - José Alfredo Jiménez (cover en violoncello)
La canción de un clásico del cine, que no te puedes perder en violoncello: Cinema Paradiso - Ennio Marricone
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